LA RELACIÓN ENTRE LA OBESIDAD, HÍGADO GRASO Y EL RIESGO DE CIRROSIS Y CÁNCER DE HÍGADO

La obesidad es una condición de salud que puede tener múltiples complicaciones y afecta varios sistemas del cuerpo. Entre las complicaciones más serias asociadas con la obesidad se encuentra el hígado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés), que puede progresar a condiciones más graves como la cirrosis hepática y el cáncer de hígado. En este artículo, exploraremos cómo la obesidad puede afectar tu hígado
¿Qué es el hígado graso no alcohólico (NAFLD)?
El hígado graso no alcohólico (NAFLD) es una condición en la que se acumula grasa en el hígado de personas que beben poco o nada de alcohol. Esta acumulación de grasa puede provocar inflamación y daño hepático. El NAFLD es más común en personas con obesidad, diabetes tipo 2 y otras condiciones relacionadas con el síndrome metabólico.
Tipos de NAFDL
– Hígado graso simple: Acumulación de grasa sin signos de inflamación significativa ni daño hepático.
– Esteatohepatitis no alcohólica (NASH): Acumulación de grasa acompañada de inflamación y daño a las células del hígado, lo que puede progresar a fibrosis (cicatrización del hígado) y, eventualmente, a cirrosis.
Obesidad y su impacto en el hígado
La obesidad es un factor de riesgo principal para el desarrollo de NAFLD. La grasa excesiva en el cuerpo, especialmente la grasa visceral que rodea los órganos internos, contribuye a la acumulación de grasa en el hígado. Este exceso de grasa puede llevar a inflamación hepática y daño celular, lo que aumenta el riesgo de progresión a condiciones más severas como la cirrosis y el cáncer de hígado.
Factores que contribuyen al hígado graso en personas obesas
1. Resistencia a la insulina: La obesidad a menudo causa resistencia a la insulina, lo que puede llevar a una mayor acumulación de grasa en el hígado.
2. Inflamación crónica: La obesidad está asociada con niveles elevados de inflamación en el cuerpo, lo que puede dañar las células del hígado.
3. Disfunción metabólica: La obesidad puede alterar el metabolismo de las grasas y los carbohidratos, contribuyendo a la acumulación de grasa en el hígado.
Progresión del NAFLD a enfermedades hepáticas más graves
1. Cirrosis hepática
La cirrosis es una etapa avanzada de daño hepático caracterizada por la formación de tejido cicatricial (fibrosis) que reemplaza el tejido hepático sano. En personas con NASH, la inflamación crónica y el daño a las células del hígado pueden llevar a la formación de fibrosis y, con el tiempo, a la cirrosis. La cirrosis puede causar insuficiencia hepática, hipertensión portal y complicaciones graves que amenazan la vida.
2. Cáncer de hígado
El cáncer de hígado es una complicación grave y potencialmente mortal de la cirrosis. Las personas con NAFLD y NASH tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer al hígado debido a la inflamación crónica y el daño celular en el hígado. La cirrosis es un factor de riesgo significativo para el desarrollo de cáncer, y la vigilancia regular es crucial para la detección temprana.
El papel de la cirugía bariátrica en la reducción del riesgo
1. Pérdida de peso significativa
La cirugía bariátrica, como el bypass gástrico o la manga gástrica, puede llevar a una pérdida de peso significativa y sostenida en personas con obesidad. La reducción del peso corporal disminuye la grasa visceral y mejora la sensibilidad a la insulina, lo que puede reducir la acumulación de grasa en el hígado y mejorar la función hepática.
2. Mejora de la resistencia a la insulina
La pérdida de peso y los cambios metabólicos inducidos por la cirugía bariátrica pueden mejorar significativamente la resistencia a la insulina. Esto ayuda a reducir la acumulación de grasa en el hígado y puede revertir o mejorar la progresión de NAFLD y NASH.
3. Reducción de la inflamación
La cirugía bariátrica también puede reducir los niveles de inflamación crónica en el cuerpo, lo que puede disminuir el daño hepático y el riesgo de progresión a cirrosis y cáncer de hígado. La mejora en los marcadores inflamatorios post cirugía es un factor clave en la protección del hígado.
4. Mejora general en la salud metabólica
Además de los beneficios directos para el hígado, la cirugía bariátrica mejora la salud metabólica en general. Esto incluye mejoras en la presión arterial, el control de la glucosa y los niveles de lípidos en sangre, todos factores que contribuyen a una mejor salud hepática.
Consideraciones finales
La relación entre la obesidad, el hígado graso y el riesgo de cirrosis y cáncer de hígado es compleja y preocupante. La cirugía bariátrica ofrece una herramienta poderosa para combatir la obesidad y sus complicaciones asociadas, incluido el hígado graso. Si estás considerando la cirugía bariátrica, es importante discutir estos riesgos y beneficios con un cirujano bariátrico certificado y un equipo multidisciplinario para tomar una decisión informada y segura.
Esperamos que esta información te haya sido útil. Si tienes alguna pregunta adicional o necesitas más detalles, no dudes en contactarnos. Adicionalmente, si tienes alguna duda sobre el bono PAD de cirugía bariátrica de FONASA, nos puedes enviar un mensaje.